CUQUIS 13-11-10

La cena "Fin de Carrera" se convirtió en un bodorrio en toda regla.

La ceremonia se ofició a las 21,30h en el porche de la casa "Los Cuquis", conducida por el concejal Don Pedro Barrio Vizán, Manoco o Manocazo para los amigos.
Los novios, Lucas Vizán y Lorena la Portuguesa, estaban acompañados por la madrina, Alicia Vizán, y el padrino, Jose Arribas.
Los testigos (quintos del novio): Ignacio Prieto, Manuel Ángel Asensio, Jose Ángel... Roji? y una servidora.
Los fotógrafos y demás invitados presenciaron la ceremonia con alegría y emoción, luciendo sus corbatas y pamelas cual boda Real.
Las alianzas, abrazaderas de manguera, tenían un brillo flamante, parecían de auténtico oro blanco (se comentaba), no desentonaron entre tanto glamour.

Tras la ceremonia, un ágape compuesto por canapés (todos buenísimos), piña rellena, melón con jamón, y fritos varios... bueno en realidad no era un ágape (pero quedaba muy bien decirlo, jaja), eran los entrantes.
De segundo, Cataplana, especialidad portuguesa de la novia, que llevaba meses hablándonos de ella, y si, estaba buenísima!
Todo regado con una suculenta selección de vinos.

El postre se quedó corto, solo había nueve tartas y mousses diferentes... casi nos caemos del susto! Nueve!!! Vaya movida... Intenté probar de todos, pero fue imposible.

La madrina nos sorprendió con una vela monisima (un "pongo" de esos que dan en las bodas), y el padrino con unos puritos (no me lo fumé, que conste en acta!).

Durante la cena no faltaron los míticos "Qué se besen los padrinos!" o "Vivan los novios!", se le cortó la liga a ella, los calzoncillos a él, se subastaron y demás jaranas.

Entre los regalos... el viaje de novios, así nos las gastamos en Palma, ¿queréis boda? Pues toma boda y viaje!

Tras el café y el chupito, la pareja desfiló por el pueblo saludando a los plebeyos, escoltados por todos los invitados, hasta llegar a la sala de fiestas, donde primero los novios intentaron el vals, y después bailamos sin parar.
Sacamos el repollo cuando lo creímos conveniente, y nos quedamos solo los invitados.
Aprovechamos muy bien aprovechada la barra libre, y fue entonces cuando se produjo la exaltación del amor y de la amistad, la euforia de que se casaba un amigo, y algunos ya cantaban canciones tradicionales del pueblo... hasta secuestramos a los novios cuando querían abandonar la fiesta, pero lo pagaron caro, jaja.

Hacía tiempo que no nos juntábamos todos en una de estas, como en los viejos tiempo, y fue un placer para todos!

¿Para cuándo la siguiente?